martes, mayo 22, 2007

Ella nunca llegó


Te puedo dedicar versos con sangre
Arrancar palabras del fondo de mi corazón
Te puedo hablar como un ángel
Y aún así no podría lograr que me ames como yo

Te puedo inventar un nuevo lenguaje
Y hasta podría inventarme un mundo para dos
Por ti podría ser otra persona
Y no podría conquistar tu corazón

Porque ya está decidido
No te queda espacio para amar como he querido
No hay manera de lograr que camines conmigo
Tu rumbo ya está establecido y en él yo no estoy

Lo has decidido
no hay lugar en ese corazón para hacerme un nido
Y podría tocar esa puerta sin recibir asilo
Esto es un caso perdido, no hay espacio para mí…

Podría reinventar el color de las flores que te diseñé
Podría escalar esos montes y dejarme caer
Podría escapar a un planeta que sea para dos
Pero no podría llegar a tu corazón

Podría quedarme cien días sin mi libertad
Podría marcharme de mi vida si lo pidieras de verdad
Podría esperar sentado una eternidad
Y aún así a tu corazón no podría entrar…

Porque ya está decidido
Lo dicen tus ojos que no mienten, cariño
No queda espacio reservado para otro trovador
Y en mi tierra no me quieren de vuelta si llego sin amor

Por eso este es un viaje perdido
Llegué al horizonte y me perdí en el camino
Los senderos de tu corazón siempre estaban cerrados
Y esta noche me he quedado esperando otra vez por tu amor…

Y esta noche me he quedado esperando otra vez por tu amor…

Y esta noche me he quedado esperando…

Ella nunca llegó.

RJ

lunes, mayo 21, 2007

Si no estás




Como si no existieran estrellas en el firmamento
Como si no hubiera aire para respirar
Como si ya la risa se hubiera borrado
Como si tu ausencia se fuera a prolongar
Como si tu mirada se hubiera apagado
Como si ya mi tiempo hubiera quedado atrás
Como si el horizonte se hubiera alejado
Como si las palabras no te pudieran nombrar
Como si tantas nubes te hubieran atrapado
Como si este instante no fuera a terminar
Como si mis besos hubieras olvidado
Como si el mañana ya no importara más
Como si fuera el último desterrado
Como si nunca nos volviéramos a amar
Como si un día la vida no diera para más
Como si mi silencio pudiera ayudar
Como la noche oscura y sin soluciones

Así queda mi vida si no estás…

RJ

miércoles, mayo 09, 2007

Mensajera de sueños


Tantas cosas que podría decirte
Tanto tiempo que he pensado en ti
Y aún así has decidido irte
Qué no ves que me haces falta aquí

Tu silencio sólo puede herirme
Y tu ausencia dar tanto dolor
Di que esperas para al fin abrirme
Esas puertas de tu corazón

Mensajera de sueños, de versos, de besos
De ilusiones tan mías, tan llena de amor
Eres tú mi ambición, mi pasión, mi deseo
Todo lo que yo espero para mi corazón

Te he esperado por siempre, sentado y silente
Te he sentido tan mía, tan grande y real
Y por eso despierto, tengo que hacerme el fuerte
Para así, ante la gente, disimular
Si fueras real…

Tantos sueños que por ti he tenido
Que te he visto tan cercana a mí
Y no entiendo por qué te has perdido
Ya quisiera que fueras de mí

Mensajera de sueños, de versos, de besos
De ilusiones tan mías, tan llena de amor
Eres tú mi ambición, mi pasión, mi deseo
Todo lo que yo espero para mi corazón

Te he esperado por siempre, sentado y silente
Te he sentido tan mía, tan grande y realy por eso despierto, tengo que hacerme el fuerte
Para así ante la gente disimular,
Si sólo fueras real…

RJ

lunes, mayo 07, 2007

Me resisto


Recorres en mi alma los rincones más secretos
Te paseas por jardines que a nadie le mostré
Y en el horizonte más lejano de mi cuerpo
Veo con complacencia como te haces mi mujer

Descubro en tus espacios símbolos más nuevos
De todo aquel amor que un día te dediqué
Que has ido alimentando como niño en crecimiento
Hasta hacerlo criatura independiente de mi piel

Y siempre estás con la fuerza de este amor
Dándole sentido a lo que tengo por vivir
Tu presencia da tanta vida a este lugar
Y yo nunca me quisiera desligar…

Percibo el suspenso que me hace comprender
Que a nuestra relación no le queda mucho más
Y siento la impotencia que me deja saber
Que no insista en imposibles y me olvide de una vez

Y yo me resisto
El recuerdo de esos besos me acompaña a soñar
Bajo una luz tenue en nuestra playa
Te dedico algunos versos y me dejo llevar

Yo me resisto
A dejar que tu recuerdo se vaya de mí
Aunque tú ya te hayas ido no te quiero olvidar

Me pregunto si también me has de extrañar

RJ

martes, mayo 01, 2007

Sueño constante


Ya me era necesaria toda esta soledad
Ya precisaba de la tranquilidad
Buscando los espacios para hallar mí lugar
Era imprescindible que abarcara el horizonte
Que volara hasta el origen de mí ser
Tenía la urgencia de encontrarme
De detenerme y no alejarme más de mí

Ya estaba precisando este momento
Dejar de una vez y por todas los lamentos
Hacer espacio en mi cargada agenda
Para un poquito de mí ser
Mi libertad ya me obligaba a comprender
Que sin este espacio, nada más iba a poder ser…

Y abrí mis alas, expandí mis horizontes
Me entregué al cielo y dejé que me guiara el corazón
Traspasé fronteras nuevas sin salir de mi universo
Y encontré tantas respuestas como nunca imaginé
Rellené mi alma de fuerzas, repoblé de esperanzas mi vida
Y encontré hasta un momento para regresar

Necesitaba tanto este tiempo
Y de una vez abrí el corazón
Y se apagó el sufrimiento
Toda esa luz a mi alma llenó
Necesitaba del horizonte
Para volver algún día a soñar
Y ahora vivo en un sueño constante, esa es la realidad…

Esa es la realidad…

Ahora vivo un sueño constante y no me quiero despertar

RJ

Firuzeh


La memoria a veces es un juguete incomprensible. Comentaba con un amigo como los recuerdos trabajan de forma distinta de acuerdo a la persona que los tiene. Por ejemplo, un grupo de amigos puede haberse ido de viaje a Cancún y al pasar de los años uno podría pensar que el viaje ni siquiera se dio. Si no fuera por la marca del pasaporte y algunas fotos que sirven de evidencia, podría pensar que aquellas imágenes distorsionadas por el alcohol son producto de alguna película para jóvenes de esas que muestran chicas haciendo locuras ante las cámaras. A lo mejor, para otro que compartió la mismas experiencias, este fue el viaje de su vida y recuerda cada detalle del mismo, desde la chica que conoció y que vive a miles de kilómetros de su realidad, hasta el libro que se leyó en momentos en los que sus compañeros aprovechaban para recuperarse de la borrachera de la noche anterior. Así de distinta puede ser la memoria para cada persona, aun en instancias similares.
Aquel domingo, Eduardo leía el diario como era costumbre. Por su mente pasaban distintas reflexiones, desde los innumerables casos de corrupción hasta las atractivas ofertas de empleo que nunca se ajustaban a sus intereses. Eduardo acostumbraba a leer el periódico con prisa, deteniéndose solamente en los artículos que realmente le interesaban y, muy raras veces, leía el nombre del columnista. Esto sucedía sólo si el artículo que acababa de leer lo podía catalogar de excelente. En estas ocasiones, le hacía la deferencia para estar más atento en futuras lecturas y saber a quién privilegiar al leer el diario. Precisamente, ese día lo sorprendió una lectura de esta categoría. Eduardo quedó muy satisfecho con las ideas expuestas en ese artículo y buscó el nombre del columnista que lo había deslumbrado. Inmediatamente sucedió algo inesperado. Su cuerpo quedó helado y una corriente extraña lo estremeció al leer el nombre. La periodista se llamaba Firuzeh.
Eduardo no sabía por qué, pero reconoció ese extraño nombre de inmediato. Parecía como si una historia del pasado estuviera ligada a ese sustantivo. De repente la relevancia del artículo pasó a un segundo plano junto con el diario. Si algo odiaba Eduardo era el no poder acordarse de algo. Ahora le daba vueltas en la mente ese exótico nombre y tenía que averiguar por qué. En primer lugar pensó en alguna amistad de sus padres. Estos eran diplomáticos y habían viajado mucho por el mundo. Gracias a este privilegio tenían amistades de diversos puntos del orbe. Sin embargo, y luego de pasar lista mentalmente, ninguna Firuzeh saltó a su memoria.
Comenzó a recordar reconocidos artistas y ninguno respondía a este nombre. De repente lo asaltó una duda. Y si su recuerdo provenía de algún momento oscuro de sus años de universitario. Quizás esta chica había quedado en el olvido como un viejo amor y su recuerdo pretendía hacerle ecos en la mente. Esta teoría le seducía pero no tenía los suficientes elementos de juicio para validarla. Había tenido muchos amores pasajeros en esos años pero no lograba atar el nombre con ninguno de los rostros que recordaba. Tal vez quedaba una puerta abierta de posibilidades por aquel año que estudió de internado en Madrid . Ese año le sirvió como un periodo de experimentación en el cual vivió momentos que nunca más repetiría en su vida. Muchos de estos sucesos habían quedado muy resguardados en algún cajón de olvidos aparentes, sólos rescatados por destellos fugaces de pasado.
Sería Firuzeh la gitana con lo que se acostó, luego de conocerla en aquella vieja tasca. Aquella era una mujer de unos cuarenta años, muy bien vividos, con una vitalidad increíble y que no titubeó en acostarse con ese joven de veintidós años. Siempre le supo a pecado aquel desliz fugaz y lo había desterrado al olvido pero este nombre se había encargado de repatriarlo. Sin embargo, Firuzeh parecía significar algo más. Era como una sugestión sagrada, como un nombre místico, una impresión imposible de describir y que provocaba la aceleración desmedida de los latidos de su corazón.
Pensó luego en una noche de poesía y buenos vinos. Recordó los tiempos de un pasado inmediato en los que había hecho costumbre de frecuentar bares bohemios empleados como foros de expresión artística. Recordó haber quedado prendado de una chica de unos veinticuatro años, de pelo negro y ojos azules que tomaba con hermosa sutileza una copa de vino blanco. Ese noche se presentaban simultaneamente una exhibición de un joven pintor local y un libro de un renombrado poeta ya entrado en edad. Eduardo siguió por un buen rato los pasos de la hermosa joven hasta percatarse de que era la acompañante del viejo poeta. No sabía por qué, pero tenía la impresión de que esa chica de ojos azules era la Firuzeh que le recordaba esa periodista que firmaba el artículo del periódico.
De repente la duda regresó a sus pensamientos cuando recordó una gran película del cine español en la cual aparecía un personaje que podía ser sin dudas Firuzeh. La trama se desarrollaba en medio de la Sevilla actual y presentaba un tema de espionaje, religión y muerte. Sin duda alguna era una interesante película de intriga en la que el personaje femenino dejaba un fuerte impacto en el espectador. Cuando pensaba en Firuzeh, también este personaje parecía reclamar el nombre.
Eduardo llevaba ya más de cinco horas con esta reflexión y de repente lo sobrecogió un desconcierto inmenso. Por un momento pensó que ni siquiera conocía a alguna Firuzeh y que simplemente le había llamado tanto la atención ese artículo que le pareció conocer a quién lo escribía. Esta teoría quedó descartada al instante. En primer lugar, ni siquiera recordaba el contenido del artículo ya y sin embargo, el nombre de ella seguía dando vueltas en su cabeza y provocando una extraña tensión en su cuerpo. En ese instante comprendió quién era Firuzeh. Su corazón sintió alegría y su mente se aclaró rápidamente. Firuzeh era una pequeña historia que quería ver la luz del sol y reclamaba su espacio. Estaba en su mente y no en su memoria, pues estaba dentro de sí. Había sido una lucha intensa pero con mucho sentido. Una vez más ganaba la inspiración.