domingo, septiembre 10, 2006

Necrópolis

El texto a continuación es un fragmento de la novela inédita Necrópolis...

Jueves 23 de agosto de 2001

El café estaba repleto a las diez de la mañana, hora en que habían acordado encontrarse. Carlos quería saber de Marta a toda costa y estaba intrigado por el misterio con que su amiga le hablaba de ella. Asi que entró a aquel café del centro e inmediatamente divisó a Silvina en una mesa cercana a la barra. Todo sucedió muy rápido para que lo pudiera asimilar. Ella lucía un poco inquieta y le sonrió timidamente. El le devolvió la sonrisa un poco ansioso y se comenzó a mover más rápido entre la gente para llegar a ella. De repente su campo de visión registró a tres desconocidos que se aproximaron a la mesa y uno de ellos apuntó un arma sobre Silvina. Carlos ni siquiera pudo reaccionar. El disparo se confundió con los gritos de la gente y Silvina cayó mal herida al suelo. Carlos vio horrorizado como el individuo la remataba en el suelo mientras los otros dos se abrían camino amenazando con sendas escopetas. Al ver que ya no había casi nadie de pie se lanzó al suelo para cubrirse en caso de algun intercambio entre los individuos y la policía, que comenzaba a escucharse cercana.
Su adrenalina estaba a mil y tenía una mezcla de coraje e impaciencia que lo mantenía frustrado en el suelo. Se escucharon un par de disparos más y quiebre de cristales mientras caían al suelo un par de mozos que no podían creer lo que sucedía. Escuchó algunos movimientos violentos más y luego un silencio breve. En cuestión de segundos la policía hizo su entrada junto a un contingente de paramédicos y la confusión fue la orden del día. Cuando Carlos sintió que era seguro, se puso de pie, notando algunas cortaduras leves en sus brazos, quizás causados por la gran cantidad de cristales rotos, entre vidrieras, vajillas y copas.

No hay comentarios.: